En la búsqueda de equidad de género, la noción de "un asiento en la mesa" ha sido promovida como un paso hacia la inclusión y la representación igualitaria de las mujeres en espacios de toma de decisiones y liderazgo. Sin embargo, debemos reconocer que este enfoque, aunque importante, no es la solución completa para abordar las profundas disparidades de género en nuestra sociedad. Aquí se exploran algunas razones fundamentales por las cuales "un asiento en la mesa" por sí solo no es suficiente para lograr la equidad de género:

Por Sandra Cabezas Jelvez.

  1. Superficialidad del Cambio: Otorgar a las mujeres un lugar en la mesa puede parecer un avance hacia la inclusión, pero si no va acompañado de un cambio real en las estructuras de poder y las normas culturales, esta inclusión puede ser simplemente superficial. La representación numérica no garantiza una voz significativa ni una influencia real en el proceso de toma de decisiones.
  2. Perpetuación de Normas Existentes: Al aceptar "un asiento en la mesa" sin cuestionar las normas y expectativas de género existentes, las mujeres pueden sentirse presionadas para adaptarse al status quo en lugar de desafiar las injusticias y trabajar por un cambio transformador. Esto puede resultar en una perpetuación de las mismas dinámicas desiguales que se pretendían abordar.
  3. Falta de Empoderamiento: Conceder "un asiento en la mesa" sin proporcionar el apoyo y los recursos necesarios para que las mujeres ejerzan verdadero poder y liderazgo puede dejarlas en desventaja y sin capacidad para efectuar cambios significativos. Es crucial empoderar a las mujeres con las habilidades, la confianza y la autoridad necesarias para hacer una diferencia real en sus comunidades y organizaciones.
  4. Necesidad de un Enfoque Holístico: Para lograr una verdadera equidad de género, debemos adoptar un enfoque más holístico que aborde las causas profundas de la discriminación y la desigualdad. Esto incluye desafiar las normas de género arraigadas, abordar las barreras sistémicas en la educación y el empleo, y promover una cultura de respeto y dignidad para todas las personas, independientemente de su género.

¿Qué acciones deberíamos Sumar?

Para avanzar hacia la equidad de género de manera significativa, es necesario implementar una serie de acciones complementarias que aborden las causas profundas de la discriminación y la desigualdad de género. Aquí hay algunas acciones que podríamos sumar para promover la equidad de género:

  1. Educación Inclusiva: Promover la educación inclusiva que desafíe los estereotipos de género desde una edad temprana y fomente el respeto y la igualdad entre todos los géneros. Esto incluye la incorporación de contenidos curriculares que aborden las cuestiones de género de manera integral y promuevan el respeto por la diversidad.
  2. Empoderamiento Económico: Implementar políticas y programas que promuevan el empoderamiento económico de las mujeres, como el acceso igualitario a oportunidades de empleo, salarios justos y condiciones laborales equitativas. Esto puede incluir la promoción del emprendimiento femenino, el acceso a créditos y recursos financieros, y la eliminación de barreras para la participación de las mujeres en el mercado laboral.
  3. Liderazgo y Representación: Fomentar el liderazgo y la representación de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo la política, los negocios, la academia y la sociedad civil. Esto implica implementar políticas de cuotas para garantizar una representación equitativa de género en los cargos de toma de decisiones, así como proporcionar oportunidades de capacitación y desarrollo profesional para las mujeres.
  4. Prevención y Respuesta a la Violencia de Género: Implementar medidas efectivas para prevenir y abordar la violencia de género en todas sus formas, incluyendo la violencia doméstica, el acoso sexual y la trata de personas. Esto requiere la adopción de leyes y políticas robustas, así como la provisión de servicios de apoyo y protección para las víctimas.
  5. Promoción de una Cultura de Igualdad: Promover una cultura de igualdad y respeto que desafíe las normas de género arraigadas y promueva relaciones saludables y equitativas entre hombres y mujeres. Esto puede incluir campañas de sensibilización, programas de formación en género y la promoción de modelos de conducta positivos y no discriminatorios.
  6. Apoyo a Grupos Marginados: Reconocer y abordar las intersecciones de género con otras formas de discriminación y marginalización, como la raza, la etnia, la orientación sexual, la identidad de género y la discapacidad. Esto implica garantizar que las políticas y programas sean inclusivos y sensibles a las necesidades específicas de las mujeres que enfrentan múltiples formas de discriminación.

¿Esto es un trabajo solo de las mujeres?

Promover la equidad de género no es un trabajo exclusivo de las mujeres; es una responsabilidad compartida que requiere la participación activa de todos los miembros de la sociedad, independientemente de su género. Aquí hay algunas razones por las cuales la promoción de la equidad de género debe involucrar a todas las personas:

  1. Justicia y Derechos Humanos: La equidad de género es un principio fundamental de justicia y derechos humanos que busca garantizar la igualdad de oportunidades y derechos para todas las personas, independientemente de su género. Todos tenemos la responsabilidad de trabajar hacia un mundo más justo y equitativo.
  2. Beneficios para la Sociedad: La equidad de género no solo beneficia a las mujeres, sino a toda la sociedad. La evidencia muestra que la igualdad de género está asociada con un mayor bienestar social, un crecimiento económico más sólido y una mayor estabilidad política. Todos nos beneficiamos de vivir en un mundo más igualitario y justo.
  3. Desafío de Normas y Estereotipos: Promover la equidad de género implica desafiar las normas de género arraigadas y los estereotipos que limitan las oportunidades y opciones de las personas en función de su género. Todos podemos contribuir a desafiar y cambiar estas normas culturales al cuestionar los roles de género tradicionales y promover la igualdad en nuestras interacciones diarias.
  4. Responsabilidad Compartida: La promoción de la equidad de género es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración de todos los miembros de la sociedad, incluidos hombres, mujeres y personas de género no binario. Todos tenemos un papel que desempeñar en la creación de un mundo más igualitario y respetuoso.
  5. Alianza y Solidaridad: La lucha por la equidad de género se beneficia de la solidaridad y la colaboración entre personas de todos los géneros. Al trabajar juntos hacia un objetivo común, podemos fortalecer nuestras voces y maximizar nuestro impacto en la promoción del cambio social.

Concluyendo este análisis, mientras que "un asiento en la mesa" puede ser un paso importante hacia la equidad de género, no es la solución completa por sí solo. Para lograr un cambio verdadero y duradero, debemos comprometernos a desafiar las estructuras y normas que perpetúan la desigualdad de género, y trabajar juntos para construir un mundo más justo e inclusivo para todas las personas.

Promover la equidad de género requiere un enfoque integral que aborde tanto las causas estructurales como las culturales de la desigualdad de género. Al sumar acciones en múltiples niveles y áreas de la sociedad, podemos trabajar juntos para construir un mundo más justo, inclusivo y equitativo para todas las personas, independientemente de su género.

En resumen, promover la equidad de género es una responsabilidad compartida que requiere el compromiso y la participación activa de todas las personas. Al trabajar juntos para desafiar las desigualdades de género y promover la igualdad en todas las áreas de la sociedad, podemos construir un mundo más inclusivo, justo y equitativo para todos.

Esta reflexión está inspirada en la charla Ted de Lilly Singh: