En los últimos años, sobre todo luego de la pandemia, se ha observado un mayor interés de las personas en la salud mental, el 2021 se promulgo la nueva ley de salud mental, y hoy es tema central en muchas conversaciones. Es un hecho, el acceso a las redes, ha permitido el auge de profesionales que divulgan el conocimiento que antes estuvo enmarcado en una practica privada, en consultas y centros de salud. Esta columna de opinión pretende problematizar el fenómeno de autodiagnostico psicológico. Un problema transversal que ha sido observado en las personas que asisten a consultar en terapia. 

Por Andrea Sazo Arellano - Magíster en psicología: Especialidad psicóloga clínica de adultos

He podido observar un volumen importante de cuentas de psicólogos influencer creando álbumes donde se difunde un copy page o un resumen de los criterios de los manuales diagnósticos, DSM-V o CIE-10. Esta forma de transmitir la información, más bien descriptiva, atenta contra el trabajo minucioso que implica diagnosticar a un paciente. A continuación voy a describir 5 errores FUNDAMENTALES en los que caen los psicólogos que transmiten esta info:

  1. Tiempo. Hay síntomas que se presentan y pueden durar 1 día, y hay otros síntomas que son de larga data, u otros que pueden manifestarse esporádicamente. Este solo hecho nos dice, que para poder observar un síntoma necesitamos estudiar su comportamiento en el tiempo, y no solo eso. Debemos observar otras variables que desencadenan la aparición o remisión del síntoma. Esto nos arroja información importante, por ende es un error suponer que solo porque nosotros vemos la presencia de uno o varios síntomas la persona en cuestión tiene determinado trastorno. Un claro ejemplo de esto es el suponer que tus familiares son narcisistas. El último tiempo ha crecido la creencia de que vivimos en un mundo de narcisistas. La verdad es que la mayoría o gran mayoría de las personas en algún momento de sus vidas han calzado cn los criterios del narcisismo, y esto se debe a que hay etapas de la vida del ser humano donde pasamos por fases de egoísmo, incluso de negación y podemos tener un proceder narcisista, pero en ningún caso esto nos hace narcisistas. Para llegar a ese diagnostico, debemos observar una serie de variables estables a lo largo del tiempo, y categorizar a las personas como narcisas implica asumir un diagnostico de un trastorno de personalidad, lo que en general tiene un prevalencia relativamente baja respecto a la población general. 
  2. La lógica del psicodiagóstico siempre es y debe ser terapéutica, es decir que ofrezca una posibilidad de cura al problema o dolencia del paciente. Existe una correlación natural entre diagnóstico y tratamiento: diagnosticamos para entender que tratamiento anda mejor con ese diagnóstico, la practica clínica desde la categorización de la psicología como ciencia social, se ha nutrido de esta colaboración. Diagnosticar por curiosidad, o por simplemente categorizar se aleja de la escencia que tiene el trabajo terapéutico. El hecho de entregar una información de manera sesgada e irresponsable implica que tu puedes impactar en las creencias de las personas, en su autopercepción, o el como interpreta y lee a las demás personas. Por esta razón, vemos tantos consultantes llenos de rabia hacia sus familiares, y una alza en aumento hacia la creencia de que todos somos victimas de abuso. La realidad es que el ser humano es bastante más complejo que esto. Tenemos fuerzas de vida y muerte que rigen nuestra vida, impulsos agresivos, y emociones displacenteras como la rabia, la frustración y el miedo. Debemos aprender a lidiar con estas fuerzas humanas, aceptarlas y darle un cause con sentido. Esto es lo que logramos en terapia. 
  3. Comercilización del conocimiento. Si te transmito una información que te deja perturbado, y exacerbó tus síntomas, de alguna manera yo te desinformo, para luego informarte, estoy vendiendo la enfermedad y luego la cura. Esta lógica comerciante respecto a la salud mental, ha sido causante de un incremento en las creencias respecto a la dependencia de la terapia, esta es la trampa de muchos terapeutas influencer. No todos dependemos de ella, hay personas que poseen el potencial de sanar desde otras aristas. La salud mental, no es ni debe ser un negocio.
  4. El psicodiagńóstico, es un estudio minucioso de los síntomas, tiene potencial empírico, y científico, porque se basa en la observación. Los manuales son frutos de procesos de recopilación de información que permiten generalizar los hallazgos, pero como toda fuente de conocimiento, esta puede ser falseable, criticable o cuestionada. Tenemos sesgos para observar, por eso cuando diagnosticamos a alguien suponemos el riesgo de asumir que la persona tendrá una etiqueta mental, respecto al “yo soy así”, “mi personalidad funciona de esta manera”. Hay personas que no logran lidiar con estas etiquetas internas, y muchas veces los psicólogos omitimos el entregar un diagnóstico… “si lo que vas a decir, no ayudará a tu paciente a sanar, no es momento de decirlo” esta es la ley de timming, o tiempo del paciente. Si los profesionales de salud mental tenemos tanto cuidado con esta información. ¿Porque otros se toman la libertad de divulgar esta info? Pensemos en el daño que esto puede generar en una persona sin redes de apoyo, sin familia, o amigos que lo ayuden al menos a cuestionar lo que lee en redes. Si ve una serie de síntomas, puede tomar la etiqueta para sí mismo, y decir ok yo soy así, y entrar en un espiral reflexivo, y tóxico respecto al sí mismo.
  5. Los últimos enfoques en salud mental, nutridos de la evidencia y el sentido común de la practica clínica apunta a desestimar los diagnósticos como criterios para ayudar a las personas. Suponer que el conocimiento científico es la madre de las verdades en salud mental. El corazón de la investigación siempre será el cuestionamiento de las verdades. Si no cuestionamos lo que observamos, no estamos llegando al objetivo del verdadero saber.

En la era de la desinformación, informar es una responsabilidad y un deber de todos.